top of page

ENTREVISTAS

Esther Picco copresidenta de la APDH

Esther Picco es, actualmente, copresidenta de la APDH San Luis. Se formó en Psicología en la Universidad Nacional de San Luis, para luego mudarse a Buenos Aires donde permaneció diez años y especializarse en niños y adolescentes. 

Con el retorno a la democracia, decidió regresar a San Luis y brindar ayuda y sus conocimientos en la APDH. A su vez comenzaba  también a participar en la UNSL, de la que terminó siendo la Primera Rectora mujer de todo el país.

Ella nos cuenta que su interés por los Derechos Humanos surgió mientras estuvo en Buenos Aires; en donde se formó con un curso de 3 años sobre Derechos Humanos y Psicoanálisis. "Producto de esa etapa fueron algunos trabajos míos, sobre la mujer y los derechos humanos, el vínculo de la mujer y el poder" comenta.

En su paso por la Universidad como decana y rectora, tomó como bandera principal y política de su gestión el trabajo sobre los Derechos Humanos. Se incorporó a la APDH cuando ya estaba en funcionamiento, ya que la asamblea inició su trabajo durante la dictadura y ella no vivía en San Luis.
 

"Cuando la APDH decide organizarse, una vez es recuperada la democracia, ya eran muchos los integrantes, porque la conformaban los familiares de los desaparecidos de San Luis y gente que le interesaba trabajar en el tema de los derechos humanos, como yo por ejemplo. Como militante en los derechos humanos yo hice estos trabajos gratuitos desde la APDH, ya que la asamblea no tiene subvención de nadie y brindo acompañamiento desde lo psicológico” cuenta desde su propia vivencia. 

Su rol principal dentro de la APDH fue encargarse de una manera activa de la organización del juicio que se hizo en San Luis. Presenció, también, todas las sesiones que hubo durante el segundo juicio; encargándose, principalmente, del asesoramiento y acompañamiento de los testigos que declararon el juicio e hizo un trabajo fundamental de preparación psicológica previa. También aportó ayudando a chicos/as que buscaban su identidad y a hijos restituidos lo cual lo catalogó como un "trabajo muy intenso".​

Cuando se le preguntó de qué manera realizo estos trabajos, contestó que lo fue aprendiendo.“ En cuestión de los niños restituidos, ese trabajo cuando lo iniciamos los psicólogos, en realidad, no sabíamos exactamente cómo íbamos a trabajar, sino que adecuábamos los instrumentos clínicos que teníamos a esos casos y lo fuimos armando y discutiendo y rearmando los conceptos teóricos en conjunto, porque había casos más complicados que otros. En cuanto a los testigos de los juicios, los preparaba para que pudieran declarar o que pudieran llegar a esa declaración lo mejor posible, pero sin duda estos trabajos psicológicos partían desde el pedido del otro. Trabajamos con los instrumentos clínicos que te da la psicología. En el caso de los niños eran muy chicos y había que trabajar a través del juego porque en estos casos el chico vuelca el conflicto y las ansiedades que quedaron a raíz de la situación vivida por haber perdido a los padres, porque estuvieron desaparecidos, apropiados, etc.”


Nos comento la complejidad de la tarea, ya que los pacientes que tuvo en muchos casos eran niños y adolescentes, siendo el más pequeño de 5 años. También atendió muchísimos casos de jóvenes que buscaban su identidad, haciendo entrevistas y llenando el material que se les brinda desde "Abuelas de Plaza de Mayo", debido a que la APDH trabaja con Abuelas en la búsqueda de la identidad. "A pesar de este proceso, algunos de estos chicos ya son adultos que continúan buscando su identidad y es feo porque la prueba de ADN se compara con una muestra que es pequeña y lo hace impreciso o a veces no hay muestras de sangre con que comparar" admite con angustia.

Agregó que esta gente normalmente tiene mucho conflicto porque de alguna manera puso toda su energía en la búsqueda de su identidad y a veces no la encuentran. Cuando sucedió esto, ella se encargó de la atención psicológica de ellos, cuyos tratamientos suelen ser largos, siendo un trabajo permanente y concreto. 

“Hay casos que son más complicados que otros, y de todas maneras uno piensa que está controlado por la formación previa, pero… Era difícil gestionar esas emociones después de alguna consulta. También, durante los juicios asistí a todas las audiencias y el escuchar a las que fueron sometidas las víctimas de la dictadura, es muy terrible”. 


Esther manifestó que, respecto a las condenas que recibieron los acusados, estuvo “relativamente conforme”, pero remarcó que muchos acusados fueron saliendo con el beneficio de prisión domiciliaria que nadie controla y que, al no tener un control estricto, estas personas condenadas pueden salir y cruzarse con familiares de la gente a la que habían hecho sufrir.

Para finalizar, nos brindó una reflexión sobre los 30.000 desaparecidos y el negacionismo, diciendo que "un elemento simbólico de la misma magnitud es hablar de los 5 millones de Judíos víctimas del nazismo y que desde sectores negacioncitas utilizan para atacar ideológicamente un elemento simbólico". 

Esther Picco fue un pilar fundamental en la lucha de los Derechos Humanos en San Luis, buscando siempre la Memoria, Verdad y Justicia, acompañando desde su formación profesional a la construcción de la APDH y a la gran responsabilidad y tarea que tenían en los juicios de Lesa Humanidad en San Luis.

  • Instagram
  • Gmail
bottom of page